Después de dos meses de tratamiento para alejarse de las drogas y el alcohol, la actriz Melanie Griffith abandonó el centro de rehabilitación de Utah, EEUU, a donde ingresó voluntariamente, y se dirigió de inmediato a su residencia para reunirse con su esposo, Antonio Banderas, y sus hijos.
La protagonista de “Nacida ayer” fue fotografiada sonriente y con muy buen aspecto en el aeropuerto de Los Ángeles cuando se dirigía a su casa aunque no explicó por qué no fue recogida por su cónyuge.
Ella decidió recluirse en la clínica hace algo más de dos meses para "mantenerse sana" y no recaer en antiguos vicios, como su adicción al alcohol y las drogas, según un representante de la familia ha explicado a los medios.
Durante todo el tiempo que ha pasado en el centro, la actriz se ha sentido muy apoyada por su marido, a pesar de los rumores que llegaron a extenderse sobre una posible ruptura de la pareja.
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